Oltra dimitió quizá movida por su conciencia, por aquello de que la nueva política era necesariamente diferente a la vieja, y ayudada y empujada por sus amigos y sus enemigos, que en estos casos suelen ser casi lo mismo. España entierra mucho mejor de lo que reinserta y de lo que repara. Y aún es pronto para saber lo que sucederá con la que fue vicepresidenta de la Generalitat valenciana. Lo que sabemos es que desde ayer, en sus redes sociales hay silencio.